4 de junio de 2009

Murcia: Entre bodas y sabores bolivianos


El olor a la tradicional sopa de mani, matizado con arroz con queso, el aroma que desprende el keperí y la yuca frita, hacían del ambiente de aquel domingo, un festín que el paladar difícilmente osaría en declinar. Todo esto en una terraza ubicada en pleno corazón de Murcia, una ciudad situada en el sudeste de la Península Ibérica.

Texto: Jessica Olivares

El acontecimiento que reunía a una pequeña agrupación de la comunidad boliviana en Murcia, era por partida doble. Las bodas plata de Deisy y Williams, una pareja que emigró de Bolivia hace no más de 4 años, y el último pago de una deuda adquirida para comprar su casa.

Mientras se cocinaba ese almuerzo, los festejados sazonaban ya sus ilusiones con altas dosis de confianza esperando que lleguen mejores días para ambos países. “Ahora solo queda ahorrar lo suficiente para emprender nuevos proyectos, cuando nos toque retornar a Bolivia” comentó emocionado Williams mientras abrazaba a Deisy.

La sopa ya estaba servida, y el grupo “amistad sin fronteras” se encontraban sentados en la mesa. Este grupo se creo en una parroquia y el padre de la misma es el encargado de gestionar estos encuentros. Él dio bendijo los alimentos, y al mismo tiempo alentó al resto de los invitados para seguir adelante, cumplir con sus metas y objetivos propuestos.

En la mesa no solo se olía la gastronomía típica, esa que nos acerca en sabores al terruño; también se podía percibir las ilusiones, ambiciones, proyectos y emprendimientos que en un corto y/o mediano plazo se harán realidad.

Todos juntos ahí, los que en Bolivia desempeñaban trabajos de arquitectos, doctores, comunicadoras, obreros, electricistas, comerciantes y uno que otro funcionario público, compartiendo la mesa con acentos marcados de cada rincón de Bolivia. Sobretodo dejando de lado las confrontaciones regionalistas, que marcan diferencias tanto en lo político como cultural, estando en la patria; pero que al pasar “el charco” son personas que se ponen la albiverde y responden al gentilicio de bolivianos.

Una copa de vino tinto, ‘un salud’ en nombre de los festejados y un pequeño canastón que se rifó entre los presentes, fue el broche de oro que finalizó la cita de aquel domingo, el cual congregó a 25 personas.

Antes de la despedida, ya se hablaba de la organización de la siguiente reunión. Erika y Sergio eran los próximos pues se festejaría un matrimonio mixto; ella boliviana y el español.



(Raíz Bolivia - Junio 2009)

1 comentario:

  1. Resulta muy interesante encontrar una revista que de a conocer tradiciones y costumbres bolivianas. Lástima que este espacio se haya desperdiciado al no haber aportado nada al lector. Me complace que se reúnan amiguetes bolivianos por España, pero por respeto a esos anfitriones, deberían completar este pseudo reportaje con los nombres completos y adjuntar una fotografía para valorizar a quienes dejan tan el alto las tradiciones y costumbres bolivianas allende fronteras.
    Felicitaciones a los festejados.

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